En medio del debate creciente sobre la presencia y los ataques de perros asilvestrados en Tierra del Fuego, el doctor Adrián Schiavini, biólogo y especialista en el tema, sostuvo que el problema es complejo y creciente. “El ataque a los novillos se está registrando cada vez con mayor frecuencia”, afirmó, detallando que estos perros, antes acostumbrados a atacar ovejas, ahora se ven desplazados por perros protectores de ganado y, por ello, se concentran en animales más grandes y vulnerables.
Schiavini explicó que esta problemática no surge de la nada, sino que tiene su origen en la mala tenencia de mascotas en las ciudades, cuyos perros abandonados migran a zonas rurales donde han formado poblaciones asilvestradas. “Ahora tenemos perros nacidos y criados en el campo que sostienen la población de forma autónoma. La solución no es simple, porque si no se controla el problema en las ciudades, el campo tendrá que lidiar con una presión constante”.
Sobre el peligro que representan para personas y animales, Schiavini adviertió que “el peligro existe porque uno puede encontrarse con un grupo de perros asilvestrados, sobre todo durante la época de nacimientos y en los lugares donde las hembras cuidan a sus crías. Estos perros no nos reconocen como humanos y pueden atacarnos como amenaza o incluso como alimento”.
El biólogo mencionó por Radio Provincia que estos perros están bien alimentados y físicamente fuertes, demostrando su notable adaptación al ecosistema, pero también causando graves daños a la fauna local y provocando daños significativos a la producción ganadera.
En cuanto a las posibles soluciones, Schiavini insistió en que no existe una medida única que resuelva el problema. “En las ciudades, la tenencia responsable, la castración y las sanciones son clave, pero cambiar el comportamiento humano es un proceso largo y difícil”, comentó. Además, destacó la importancia de que esta problemática forme parte integral de los planes presupuestarios provinciales y municipales, dado que los recursos actuales son insuficientes para un manejo eficaz.
Sobre esfuerzos recientes, valoró que el Ministerio de Producción y Ambiente destinó 10 millones de pesos para enfrentar esta crisis, aunque puntualizó que –por los tiempos administrativos– ejecutar acciones concretas demorará y requieren planificación anticipada.
El especialista analizó también propuestas como el adiestramiento de perros asilvestrados, aunque puso en duda su viabilidad en escala: “Si entrenás a diez perros y afuera quedan miles, esa medida no reducirá el problema. Es importante que las soluciones tengan un impacto real y rápido, algo difícil de lograr con las alternativas disponibles actualmente”.
Schiavini concluyó haciendo un llamado a la responsabilidad social y la educación. “Tener una mascota implica compromisos de cuidado y responsabilidad. Dejar animales sueltos genera problemas que afectan a toda la comunidad, la fauna silvestre y la salud pública”, advirtió.




